Método 3 espió a Ignacio González por orden de un ‘rival’ dentro del PP
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El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González (EFE)
Antonio Fernández
05/03/2013
(06:00)
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La agencia de detectives Método 3 elaboró un voluminoso informe sobre el hoy presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, con
datos y documentos sobre sus relaciones, sus propiedades y la tupida
red de intereses que le rodea. Sólo las conclusiones, en poder de El Confidencial, ocupan cincuenta páginas. El informe fue ordenado por un rival de Ignacio González en el propio PP de Madrid.
La agencia, hoy en el ojo del huracán por haber grabado subrepticiamente la conversación entre la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, y Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, asegura que fue “un directivo” del PP de Madrid el que ordenó la elaboración. Según ha podido conocer este diario de fuentes solventes, la novia de un conocido exdirigente popular fue quien encargó la investigación, que al final fue sufragada por un constructor amigo de ese exdirigente. Toda una enrevesada trama de intereses político-empresariales que aún puede cobrarse alguna víctima por el camino.
Las pugnas internas en el PP cuando la Comunidad era gobernada por Esperanza Aguirre propiciaron la creación de sectores que iniciaron una cruenta batalla política por el control del aparato. Fue en ese momento cuando se gestó el dosier sobre González, encargado a los despachos de Método 3. El resultado fue un espeso informe, prolijo en detalles, que desmenuza el entorno del hoy presidente madrileño.
Las posesiones de González
El dosier de la controvertida agencia de detectives contiene algunos datos que a simple vista parecen inconexos e incluso confusos, pero que intentan apuntar al corazón de Nacho González. Así, desgrana que la primera casa familiar del presidente fue comprada en 1994 por un precio de 39.950.000 pesetas (alrededor de 240.000 euros), con un préstamo de 23 millones de pesetas (unos 138.000 euros), a pesar de que dos años antes estaba tasada en 72.750.000 pesetas (más de 430.000 euros). “Es obvio, por tanto, que o se la vendieron bajo precio a cambio de algún favor o que hubo mucho dinero negro en la compraventa”, dice literalmente el informe de la agencia.
Para intentar dar munición al ‘rival’ de Ignacio González en la sucesión futura de Esperanza Aguirre (el informe es de 2006), los detectives destacan que “la compra sigue siendo ilegal hasta que el 25 de marzo del 2003, mediante auto firme del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, emite mandamiento de legalidad de la urbanización El Prado de Aravaca, acusándose, además, a la Comunidad de Madrid de actuar en fraude de ley al introducir una nueva calificación urbanística de estos terrenos que no estaba contemplada en el planeamiento”.
Un supuesto pelotazo
En 1994, se constituyó el grupo gestor para negociar “con los máximos responsables municipales de Urbanismo el cambio de uso de decenas de hectáreas en Valdemarín, el barrio de superlujo de Aravaca”. Los promotores adquirieron el suelo “por cantidades inferiores a las 10.000 pesetas el metro cuadrado. La modificación [concedida por el Ayuntamiento] redundó en plusvalías ciertamente notables: el precio de cada metro cuadrado de terreno se situó en 100.000 pesetas tras el plácet municipal”. González vendió posteriormente la vivienda por 778.371 euros, aunque estaba tasada en 828.752,04. “Es anormal esta dicotomía (sic) salvo que exista una parte de la compraventa en dinero negro”.
La segunda vivienda del presidente madrileño tiene 447 metros cuadrados y fue comprada el 28 de febrero del 2006 a la sociedad Seinsa. Por ella, González pagó 172.000 euros de arras y entregó dos talones por un monto de 650.802 euros, mientras que retuvo 300.000 para cancelar una hipoteca que pendía sobre ella. Para la compra, también pidió un préstamo de 600.000 euros. El informe detalla incluso que la casa colindante, perteneciente a un amigo de González, fue valorada por Cajamadrid en casi 2,8 millones de euros en la misma fecha de la anterior operación.
Los datos que va desgranando el informe sobre el patrimonio del entonces vicepresidente salen de los registros y son más bien una labor de ‘recopilación’ y supuestas conclusiones ‘lógicas’ cuyo destino parece ser el de ofrecer ‘munición’ al enemigo de González en la batalla de la sucesión. Algo que, como se puede comprobar hoy, no le sirvió para evitar que fuera el elegido por Esperanza Aguirre para sucederla.
La agencia, hoy en el ojo del huracán por haber grabado subrepticiamente la conversación entre la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, y Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, asegura que fue “un directivo” del PP de Madrid el que ordenó la elaboración. Según ha podido conocer este diario de fuentes solventes, la novia de un conocido exdirigente popular fue quien encargó la investigación, que al final fue sufragada por un constructor amigo de ese exdirigente. Toda una enrevesada trama de intereses político-empresariales que aún puede cobrarse alguna víctima por el camino.
Las pugnas internas en el PP cuando la Comunidad era gobernada por Esperanza Aguirre propiciaron la creación de sectores que iniciaron una cruenta batalla política por el control del aparato. Fue en ese momento cuando se gestó el dosier sobre González, encargado a los despachos de Método 3. El resultado fue un espeso informe, prolijo en detalles, que desmenuza el entorno del hoy presidente madrileño.
Las posesiones de González
El dosier de la controvertida agencia de detectives contiene algunos datos que a simple vista parecen inconexos e incluso confusos, pero que intentan apuntar al corazón de Nacho González. Así, desgrana que la primera casa familiar del presidente fue comprada en 1994 por un precio de 39.950.000 pesetas (alrededor de 240.000 euros), con un préstamo de 23 millones de pesetas (unos 138.000 euros), a pesar de que dos años antes estaba tasada en 72.750.000 pesetas (más de 430.000 euros). “Es obvio, por tanto, que o se la vendieron bajo precio a cambio de algún favor o que hubo mucho dinero negro en la compraventa”, dice literalmente el informe de la agencia.
Para intentar dar munición al ‘rival’ de Ignacio González en la sucesión futura de Esperanza Aguirre (el informe es de 2006), los detectives destacan que “la compra sigue siendo ilegal hasta que el 25 de marzo del 2003, mediante auto firme del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, emite mandamiento de legalidad de la urbanización El Prado de Aravaca, acusándose, además, a la Comunidad de Madrid de actuar en fraude de ley al introducir una nueva calificación urbanística de estos terrenos que no estaba contemplada en el planeamiento”.
Un supuesto pelotazo
En 1994, se constituyó el grupo gestor para negociar “con los máximos responsables municipales de Urbanismo el cambio de uso de decenas de hectáreas en Valdemarín, el barrio de superlujo de Aravaca”. Los promotores adquirieron el suelo “por cantidades inferiores a las 10.000 pesetas el metro cuadrado. La modificación [concedida por el Ayuntamiento] redundó en plusvalías ciertamente notables: el precio de cada metro cuadrado de terreno se situó en 100.000 pesetas tras el plácet municipal”. González vendió posteriormente la vivienda por 778.371 euros, aunque estaba tasada en 828.752,04. “Es anormal esta dicotomía (sic) salvo que exista una parte de la compraventa en dinero negro”.
La segunda vivienda del presidente madrileño tiene 447 metros cuadrados y fue comprada el 28 de febrero del 2006 a la sociedad Seinsa. Por ella, González pagó 172.000 euros de arras y entregó dos talones por un monto de 650.802 euros, mientras que retuvo 300.000 para cancelar una hipoteca que pendía sobre ella. Para la compra, también pidió un préstamo de 600.000 euros. El informe detalla incluso que la casa colindante, perteneciente a un amigo de González, fue valorada por Cajamadrid en casi 2,8 millones de euros en la misma fecha de la anterior operación.
Los datos que va desgranando el informe sobre el patrimonio del entonces vicepresidente salen de los registros y son más bien una labor de ‘recopilación’ y supuestas conclusiones ‘lógicas’ cuyo destino parece ser el de ofrecer ‘munición’ al enemigo de González en la batalla de la sucesión. Algo que, como se puede comprobar hoy, no le sirvió para evitar que fuera el elegido por Esperanza Aguirre para sucederla.