ministro de Hacienda
Montoro: 'Estamos aquí para reformar y no para recortar'
Francisco Núñez | Madrid
Actualizado jueves 22/12/2011 13:41 horasDisminuye el tamaño del texto Aumenta el tamaño del texto
El nuevo ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el ex ministro de Política Territorial y Administración Pública, Manuel Chaves, han mantenido un intercambio de carteras tenso a cuenta de los recortes y la situación de las comunidades autónomas.
"No voy a decir lo que va a significar la política presupuestaria y lo que significará la palabra recortes", le ha dicho Chaves a Montoro. Éste no se ha callado y le ha espetado que "estamos aquí para decir que la crisis se va a acabar pronto, con el esfuerzo de todos, y no tanto con los recortes. Estamos aquí para reformar y no para recortar".
También ha habido cruce dialéctico con la situación de las CCAA. El titular saliente le ha recordado que el estado de las autonomías es una seña de identidad importante para España y que es un modelo eficaz. Y el ministro le ha venido a decir que hay que equilibrar las cuentas y que deben funcionar mejor las autonomías.
Al menos ambos políticos han coincidido en alabar la importancia de los funcionarios como servidores del Estado. Montoro ha asegurado que se va a trabajar para que "tengan ese reconocimiento y que sean un trampolín para la recuperación del crecimiento y del empleo"
En la toma de posesión del nuevo titular de Hacienda han estado los máximos responsables de los sindicatos y la patronal.
martes, 27 de diciembre de 2011
sábado, 24 de diciembre de 2011
Ana Pastor: «Con Mariano soy incondicional como en el matrimonio»
Ana Pastor: «Con Mariano soy incondicional como en el matrimonio»
Esperamos cinco minutos en su despacho y llega apresurada. Después de nuestra entrevista, siguen sus compromisos. Gajes del oficio de vicepresidenta segunda de la Mesa del Congreso. Se quita la chaqueta y se acerca hasta la mesa, donde trascurre nuestra charla ante un cuaderno cuadriculado en el que garabatea palabras y dibuja constantes flechas.
-Respeto es lo que sienten por usted tanto compañeros como rivales políticos. ¿Cómo lo logra?
-Primero porque yo se lo tengo a ellos. Actuando conforme a tus principios y valores, con coherencia. Quizá sea eso lo que aprecien los demás y, en política, el respeto pasa por hablar mucho de contenidos y no de las personas. Si traspasas esa frontera, a mí no me encuentras.
-¡Estamos en pleno «talante Del Bosque»!
-(Risas) Admiro a Vicente. Me parece un fuera de serie. Lo he tratado y es un hombre muy humano, muy cercano, muy equilibrado y muy inteligente.
-Naciendo en Cubillos del Pan, entre zamoranas nos vamos a entender.
-Claro que imprime carácter. Allí viví los primeros años de mi vida y mis recuerdos son maravillosos. Una infancia feliz: jugando en la calle, con mis hermanos...
-¿Prestaciones sociales iguales para todos?
-Hay unas cuantas cosas que tengo claras para trabajar en política y son los principios y derechos que recoge nuestra Constitución: la libertad, la igualdad de oportunidades, educación, pensiones, sanidad... y, más que Estado del bienestar, Sociedad del bienestar. El primero es un término antiguo; el segundo es algo que nos hemos dado entre todos.
-Es decir, ¿que no habrá un día en que todos, al levantar la vista –parafraseando a Labordeta– veremos una sanidad que ya no sea pública, si llega el PP al Gobierno?
-Con humildad, digo: cuando hemos gobernado hemos conseguido duplicar el presupuesto en sanidad y apuntalarla y también logramos culminar las transferencias a las comunidades... Y logramos pactar con el apoyo de todos los partidos cinco leyes. Debemos estar cohesionados, ser solidarios y tener servicios iguales para todos los españoles.
-Cada vez que sale una encuesta suben más... ¿Cómo se celebra en Génova?
-Las encuestas sólo reflejan tendencias. Es verdad que recogen que los españoles quieren un cambio y el señor Zapatero ha pasado mucho tiempo mirando hacia otro lado sin hacer reformas y ha tenido que tomar medidas tarde, mal y a rastras de la tutela que le ha impuesto la UE, y ha hecho lo que no debe: recortar prestaciones sociales.
-La política tiene mucho de gestos. ¿Hacen todos ustedes un «máster en Flora Davis»?
-(Risas) Más del 90 por ciento de lo que hace un político no trasciende, porque vivimos en la era de los «totales» de los informativos. Ese minuto que es el único que llega al ciudadano. Imposible extraer un discurso en un único titular. Yo no quiero hablar en «totales».
Ir por delante
-Platón insistía en lo de «gobernantes filósofos». ¿Qué tal se le dan los dictados del fundador de la Academia de Atenas?
-El político, en esencia, se ve en el ámbito parlamentario. Especialmente, en las réplicas. Admiro a Rajoy en cómo lo hace. Es un gran parlamentario porque es dueño de su propio contenido... En cualquier caso, recordemos que Platón decía «lo poco que sé se lo debo a la ignorancia».
-Arturo Fernández dice que la derecha la inventó él. ¿Le harán socio honorífico?
-(Risas) Es un actor extraordinario y una persona a quien le he escuchado decir aquello en lo que creemos muchos.
-¿España está para el tinte, como me decía?
-España está para elecciones anticipadas porque el presidente del Gobierno no termina de tomar decisiones de calado: recorta la sociedad del bienestar y no tiene proyecto económico, ni social, porque se presentó con un programa que ya no existe...
-¿Y ustedes son el «quitamanchas» al que alude el gran actor?
-Diría que este país necesita un nuevo Gobierno con un proyecto sólido. Porque la única política social que conozco es la que genera empleo y riqueza y el mayor drama que veo ahora es el de un 20 por ciento mientras no se toman decisiones de calado.
-Se sabrá algún chiste de médicos, supongo.
-Créame que la realidad puede superar a la ficción de los chistes.
-¿Qué es ser una «mujer de mi tiempo»? ¿Pero es que no lo somos todas?
-Aprender de lo bueno, estar en la vanguardia del conocimiento pero sin perder tus raíces, principios, valores y aquello en lo que crees.
-Feminista convencida. Dicen que el feminismo está tan trasnochado como el marxismo.
-No me gusta etiquetar, pero si es feminismo luchar por la igualdad de oportunidad de las mujeres, que aún no la hay, debo ser feminista.
-¿Está a favor de la política de cuotas, la paridad política...?
-No. No somos un número. Yo soy mujer desde antes de las cuotas, con perdón. A ninguna nos gustaría pensar que nos han elegido por ser mujeres, porque es una falta de respeto. Además, algún partido político tras la ley de cuotas tiene menos mujeres que hombres, luego la eficacia ha sido inexistente
-¿Cómo se lleva ser eso de una de las personas de confianza de Rajoy? Porque a Aznar le respetaban pero a Rajoy le tienen cariño.
-Creo en él. En la parte política, hace un trabajo excepcional y ha logrado uno de los partidos más fuertes de Europa. En lo personal es cercano, entretenido, amable, sincero, cariñoso...
-No en vano usted ha dicho: «A mi presidente, y mi amigo, le trato como a mi padre: procuro no darle ningún disgusto». ¡Qué buena hija es!
-Querer a un líder es darle ideas, propuestas, ayudar a que sea presidente del Gobierno, que es mi empeño, porque creo que es lo mejor que le puede pasar a España. Pero, además, disfruto trabajando con él porque sabe delegar, es considerado, escucha tus razones y sabe rectificar.
-¿Volvería a ser ministra de Sanidad... o de eso no se habla por si se gafa?
-El partido me ha dado más de lo que merezco. Y estoy para trabajar con Mariano donde él me necesite. Soy una incondicional, como en el matrimonio, «en lo bueno y en lo malo».
-¿Qué lee, cuando no lee medicina?
-«Lincoln», de Gore Vidal, «Historia de un fugitivo», de Miguel Server, «A Dance to the Music of Time», de Anthony Powell, entre muchos pendientes...
-Ha afinado usted las palabras como teclas de un piano.
-Usted no se ha quedado a la zaga.
No despreciar lo que se ignora
Tiene una salvaguarda afectiva que depone mediada la entrevista. Conozco ese proceder. Mi familia lo ejerce. Se llama simple y pura «aristocracia castellana»: quien no promete aquello que no puede cumplir; quien no halaga en vano; aquellos que saben dar, recibir, y no ponderan en exceso. El eco de sus «elles», en pleno desuso fonético, me retrotrae a la infancia. La psicología tiene muy claro que nuestra personalidad se configura en los primeros años de nuestra vida, y ella creció en la sabiduría de unos padres que le repetían: «No hables nunca de lo que no sepas»... Machado, que jamás se equivocó, erró al decir que «Castilla desprecia cuanto ignora». Los castellanos, bien lo sabemos, le hemos perdonado la hipérbole.
Esperamos cinco minutos en su despacho y llega apresurada. Después de nuestra entrevista, siguen sus compromisos. Gajes del oficio de vicepresidenta segunda de la Mesa del Congreso. Se quita la chaqueta y se acerca hasta la mesa, donde trascurre nuestra charla ante un cuaderno cuadriculado en el que garabatea palabras y dibuja constantes flechas.
-Respeto es lo que sienten por usted tanto compañeros como rivales políticos. ¿Cómo lo logra?
-Primero porque yo se lo tengo a ellos. Actuando conforme a tus principios y valores, con coherencia. Quizá sea eso lo que aprecien los demás y, en política, el respeto pasa por hablar mucho de contenidos y no de las personas. Si traspasas esa frontera, a mí no me encuentras.
-¡Estamos en pleno «talante Del Bosque»!
-(Risas) Admiro a Vicente. Me parece un fuera de serie. Lo he tratado y es un hombre muy humano, muy cercano, muy equilibrado y muy inteligente.
-Naciendo en Cubillos del Pan, entre zamoranas nos vamos a entender.
-Claro que imprime carácter. Allí viví los primeros años de mi vida y mis recuerdos son maravillosos. Una infancia feliz: jugando en la calle, con mis hermanos...
-¿Prestaciones sociales iguales para todos?
-Hay unas cuantas cosas que tengo claras para trabajar en política y son los principios y derechos que recoge nuestra Constitución: la libertad, la igualdad de oportunidades, educación, pensiones, sanidad... y, más que Estado del bienestar, Sociedad del bienestar. El primero es un término antiguo; el segundo es algo que nos hemos dado entre todos.
-Es decir, ¿que no habrá un día en que todos, al levantar la vista –parafraseando a Labordeta– veremos una sanidad que ya no sea pública, si llega el PP al Gobierno?
-Con humildad, digo: cuando hemos gobernado hemos conseguido duplicar el presupuesto en sanidad y apuntalarla y también logramos culminar las transferencias a las comunidades... Y logramos pactar con el apoyo de todos los partidos cinco leyes. Debemos estar cohesionados, ser solidarios y tener servicios iguales para todos los españoles.
-Cada vez que sale una encuesta suben más... ¿Cómo se celebra en Génova?
-Las encuestas sólo reflejan tendencias. Es verdad que recogen que los españoles quieren un cambio y el señor Zapatero ha pasado mucho tiempo mirando hacia otro lado sin hacer reformas y ha tenido que tomar medidas tarde, mal y a rastras de la tutela que le ha impuesto la UE, y ha hecho lo que no debe: recortar prestaciones sociales.
-La política tiene mucho de gestos. ¿Hacen todos ustedes un «máster en Flora Davis»?
-(Risas) Más del 90 por ciento de lo que hace un político no trasciende, porque vivimos en la era de los «totales» de los informativos. Ese minuto que es el único que llega al ciudadano. Imposible extraer un discurso en un único titular. Yo no quiero hablar en «totales».
Ir por delante
-Platón insistía en lo de «gobernantes filósofos». ¿Qué tal se le dan los dictados del fundador de la Academia de Atenas?
-El político, en esencia, se ve en el ámbito parlamentario. Especialmente, en las réplicas. Admiro a Rajoy en cómo lo hace. Es un gran parlamentario porque es dueño de su propio contenido... En cualquier caso, recordemos que Platón decía «lo poco que sé se lo debo a la ignorancia».
-Arturo Fernández dice que la derecha la inventó él. ¿Le harán socio honorífico?
-(Risas) Es un actor extraordinario y una persona a quien le he escuchado decir aquello en lo que creemos muchos.
-¿España está para el tinte, como me decía?
-España está para elecciones anticipadas porque el presidente del Gobierno no termina de tomar decisiones de calado: recorta la sociedad del bienestar y no tiene proyecto económico, ni social, porque se presentó con un programa que ya no existe...
-¿Y ustedes son el «quitamanchas» al que alude el gran actor?
-Diría que este país necesita un nuevo Gobierno con un proyecto sólido. Porque la única política social que conozco es la que genera empleo y riqueza y el mayor drama que veo ahora es el de un 20 por ciento mientras no se toman decisiones de calado.
-Se sabrá algún chiste de médicos, supongo.
-Créame que la realidad puede superar a la ficción de los chistes.
-¿Qué es ser una «mujer de mi tiempo»? ¿Pero es que no lo somos todas?
-Aprender de lo bueno, estar en la vanguardia del conocimiento pero sin perder tus raíces, principios, valores y aquello en lo que crees.
-Feminista convencida. Dicen que el feminismo está tan trasnochado como el marxismo.
-No me gusta etiquetar, pero si es feminismo luchar por la igualdad de oportunidad de las mujeres, que aún no la hay, debo ser feminista.
-¿Está a favor de la política de cuotas, la paridad política...?
-No. No somos un número. Yo soy mujer desde antes de las cuotas, con perdón. A ninguna nos gustaría pensar que nos han elegido por ser mujeres, porque es una falta de respeto. Además, algún partido político tras la ley de cuotas tiene menos mujeres que hombres, luego la eficacia ha sido inexistente
-¿Cómo se lleva ser eso de una de las personas de confianza de Rajoy? Porque a Aznar le respetaban pero a Rajoy le tienen cariño.
-Creo en él. En la parte política, hace un trabajo excepcional y ha logrado uno de los partidos más fuertes de Europa. En lo personal es cercano, entretenido, amable, sincero, cariñoso...
-No en vano usted ha dicho: «A mi presidente, y mi amigo, le trato como a mi padre: procuro no darle ningún disgusto». ¡Qué buena hija es!
-Querer a un líder es darle ideas, propuestas, ayudar a que sea presidente del Gobierno, que es mi empeño, porque creo que es lo mejor que le puede pasar a España. Pero, además, disfruto trabajando con él porque sabe delegar, es considerado, escucha tus razones y sabe rectificar.
-¿Volvería a ser ministra de Sanidad... o de eso no se habla por si se gafa?
-El partido me ha dado más de lo que merezco. Y estoy para trabajar con Mariano donde él me necesite. Soy una incondicional, como en el matrimonio, «en lo bueno y en lo malo».
-¿Qué lee, cuando no lee medicina?
-«Lincoln», de Gore Vidal, «Historia de un fugitivo», de Miguel Server, «A Dance to the Music of Time», de Anthony Powell, entre muchos pendientes...
-Ha afinado usted las palabras como teclas de un piano.
-Usted no se ha quedado a la zaga.
No despreciar lo que se ignora
Tiene una salvaguarda afectiva que depone mediada la entrevista. Conozco ese proceder. Mi familia lo ejerce. Se llama simple y pura «aristocracia castellana»: quien no promete aquello que no puede cumplir; quien no halaga en vano; aquellos que saben dar, recibir, y no ponderan en exceso. El eco de sus «elles», en pleno desuso fonético, me retrotrae a la infancia. La psicología tiene muy claro que nuestra personalidad se configura en los primeros años de nuestra vida, y ella creció en la sabiduría de unos padres que le repetían: «No hables nunca de lo que no sepas»... Machado, que jamás se equivocó, erró al decir que «Castilla desprecia cuanto ignora». Los castellanos, bien lo sabemos, le hemos perdonado la hipérbole.
Gobierno Excelente de Mariano
A tenor de las últimas declaraciones de Josep Duran Lleida, el «no» de CiU en la investidura de Mariano Rajoy no irá más allá de esos toques de atención a los que son tan aficionados los nacionalistas. El portavoz de la federación ofrece ahora no sólo colaboración, sino encendidos elogios hacia el nuevo Gobierno de la Nación.
En su carta web semanal, Duran asegura que el equipo de Rajoy es «sólido y consistente» y que «la formación, preparación y experiencia de todos es manifiestamente superior a la de los últimos gobiernos españoles». Mucho más entusiasta con el Ejecutivo se mostró el presidente de UDC en declaraciones a Onda Cero, donde lo calificó de «excelente» y expresó su confianza en el buen hacer de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría —«es una todoterreno, con una cabeza privilegiada que sabrá organizar bien el Gobierno y además va a ser una buena portavoz»—; del ministro de Economía, Luis de Guindos —«es un hombre de confianza de quien ha sido el mejor ministro de Economía de la etapa democrática» en alusión a Rodrigo Rato— o del titular de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro —«conoce bien el mundo de la Hacienda y tiene experiencia»—, por poner algunos ejemplos.
Los motivos del «no»
En la citada carta a su militancia, Duran justifica el «no» de los nacionalistas a la investidura del líder del PP en su supuesta falta de atención a las necesidades catalanas, como por ejemplo el pacto fiscal —inspirado en el concierto económico del País Vasco—, el Corredor Mediterráneo o el pago del fondo de competitividad y de la partida contemplada en la disposición adicional tercera del Estatuto. Según el dirigente socialcristiano, «nos podríamos haber abstenido. De hecho, lo había avanzado públicamente y también privadamente al mismo candidato. Pero el debate fue como fue y no teníamos ni un solo argumento de peso para no votar “no”».
Un voto que no ha impedido que en Cataluña, el PP haya permitido al presidente Artur Mas sacar adelante en el reciente Pleno del Parlamento autonómico una de las leyes más importantes de su mandato, la llamada ley ómnibus, cuyo objetivo es simplificar la administración. O que los populares catalanes sean los socios preferentes de CiU en la aprobación de los muy restrictivos presupuestos de la Generalitat de 2012 —donde se contemplan las polémicas tasas sanitarias y turísticas— o de las cuentas del Ayuntamiento de Barcelona, cerradas ayer mismo y que abren la puerta a un posible cogobierno de la ciudad.Duran prometió reciprocidad. «Ni al PP el “no” a la investidura les ha impedido colaborar con el gobierno de la Generalitat, ni a CiU el “no” a la investidura del presidente Rajoy nos privará de trabajar juntos en el futuro en aquellos que nos une. De una forma particular nos encontrará en todo aquello que suponga luchar contra la crisis. En eso no faltará nuestro apoyo», afirma el político nacionalista. El líder de Unió abundó en este argumento: «En el ámbito de la economía creo que hay marco para trabajar juntos y por lo que hace referencia al pacto fiscal intentaremos ir haciendo agujero sin renunciar nunca a nuestro compromiso y a la necesidad que tiene nuestro país en este sentido».
Por contra, Duran tuvo un recuerdo nada cariñoso hacia el anterior Gobierno socialista y lo que él calificó de «trilogía» del equipo de José Luis Rodríguez Zapatero: «Inconsistencia, inconsciencia e incoherencia».
En su carta web semanal, Duran asegura que el equipo de Rajoy es «sólido y consistente» y que «la formación, preparación y experiencia de todos es manifiestamente superior a la de los últimos gobiernos españoles». Mucho más entusiasta con el Ejecutivo se mostró el presidente de UDC en declaraciones a Onda Cero, donde lo calificó de «excelente» y expresó su confianza en el buen hacer de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría —«es una todoterreno, con una cabeza privilegiada que sabrá organizar bien el Gobierno y además va a ser una buena portavoz»—; del ministro de Economía, Luis de Guindos —«es un hombre de confianza de quien ha sido el mejor ministro de Economía de la etapa democrática» en alusión a Rodrigo Rato— o del titular de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro —«conoce bien el mundo de la Hacienda y tiene experiencia»—, por poner algunos ejemplos.
Los motivos del «no»
En la citada carta a su militancia, Duran justifica el «no» de los nacionalistas a la investidura del líder del PP en su supuesta falta de atención a las necesidades catalanas, como por ejemplo el pacto fiscal —inspirado en el concierto económico del País Vasco—, el Corredor Mediterráneo o el pago del fondo de competitividad y de la partida contemplada en la disposición adicional tercera del Estatuto. Según el dirigente socialcristiano, «nos podríamos haber abstenido. De hecho, lo había avanzado públicamente y también privadamente al mismo candidato. Pero el debate fue como fue y no teníamos ni un solo argumento de peso para no votar “no”».
Un voto que no ha impedido que en Cataluña, el PP haya permitido al presidente Artur Mas sacar adelante en el reciente Pleno del Parlamento autonómico una de las leyes más importantes de su mandato, la llamada ley ómnibus, cuyo objetivo es simplificar la administración. O que los populares catalanes sean los socios preferentes de CiU en la aprobación de los muy restrictivos presupuestos de la Generalitat de 2012 —donde se contemplan las polémicas tasas sanitarias y turísticas— o de las cuentas del Ayuntamiento de Barcelona, cerradas ayer mismo y que abren la puerta a un posible cogobierno de la ciudad.Duran prometió reciprocidad. «Ni al PP el “no” a la investidura les ha impedido colaborar con el gobierno de la Generalitat, ni a CiU el “no” a la investidura del presidente Rajoy nos privará de trabajar juntos en el futuro en aquellos que nos une. De una forma particular nos encontrará en todo aquello que suponga luchar contra la crisis. En eso no faltará nuestro apoyo», afirma el político nacionalista. El líder de Unió abundó en este argumento: «En el ámbito de la economía creo que hay marco para trabajar juntos y por lo que hace referencia al pacto fiscal intentaremos ir haciendo agujero sin renunciar nunca a nuestro compromiso y a la necesidad que tiene nuestro país en este sentido».
Por contra, Duran tuvo un recuerdo nada cariñoso hacia el anterior Gobierno socialista y lo que él calificó de «trilogía» del equipo de José Luis Rodríguez Zapatero: «Inconsistencia, inconsciencia e incoherencia».
Marianito Presidente
No era dado a librar batallas con espadas y pistolas, como acostumbraban otros niños. Educado en libros, mapas y encerados, Marianito, como entonces le llamaban, prefería desgranar su curiosidad en los cuentos de Walt Disney.
La primera infancia de Mariano Rajoy fue itinerante. Siempre a merced de los destinos profesionales de su padre. Uno de ellos le llevó hasta Carballiño (Orense), a finales de los 50. El joven juez, Mariano Rajoy Sobredo, y su esposa, Olga Brey, se instalaron en la localidad orensana con el pequeño, por entonces hijo único. Alquilaron el primer piso del edificio «Casa Cortés», propiedad de unos conocidos empresarios de la época.
«Era buen niño. Y le gustaba mucho el chocolate», cuenta Pepa, que hoy reside con su marido, Daniel, en la misma vivienda que en su día ocuparon los Rajoy. Por aquel entonces, vivían puerta con puerta con el juez recién llegado y su joven mujer.
El longevo matrimonio aún no puede creer que aquel niño «que no dejaba una sola croqueta en el plato si doña Olga se descuidaba» sea hoy el presidente del Gobierno. Para sus padres, solo tienen buenas palabras. «Ella era guapa y muy simpática; y don Mariano, honrado a carta cabal».
Latas de queso americano
En aquel tiempo, tenía Mariano Rajoy un compañero de juegos unos años mayor: su vecino del tercero. «Yo era el niño de pueblo, de los juguetes bárbaros, con puñales y escopetas; él, el hijo del juez. Le sorprendían mucho las armas, porque no formaban parte de su educación. Era muy comedido», recuerda Felipe Senén, que aún conserva aquellas fotografías que su padre, Felipe López, les hacía en la terraza cuando jugaban.
Los chicos hacían «experimentos»: machacaban el romero, el laurel, los claveles y aderezaban el mejunje con vinagre. «Lo mezclábamos todo en las latas vacías del famoso queso que nos enviaban los americanos; y también hacíamos regaderas», explica Senén, hoy arqueólogo y museólogo de la Diputación de La Coruña. Entre juego y juego, se daban grandes merendolas. A Rajoy le encantaban los chocolates de Matías López y el salchichón Pamplonica. Alguna vez, cuando faltaba su yaya, Eulalia, Marianito se quedaba en casa de su vecino. Dice Senén que el niño era muy curioso. Todo le interesaba. «En mi cuarto de estudio, yo le daba clases: “a, e, i, o, u”. Le decía: “Madrid, capital de España”. Pero era muy pequeño y se le abría la boca. Muchas veces, se quedaba dormido…».
La osa Petra
En más de una ocasión, lo llevó de la mano hasta el colegio del Sagrado Corazón, no lejos de su casa, donde la disciplina era estricta y la madre Serafina, muy rígida. Pero Mariano Rajoy estudió aquí poco tiempo, porque la familia se marchó a vivir a Oviedo, ciudad desde la que Rajoy escribiría a su amigo una postal que Felipe Senén aún conserva. En ella contaba lo bonita que era la ciudad, con sus alamedas y una osa. La osa Petra.
El niño creció y el joven Rajoy, estudioso y responsable, se convirtió en un estudiante modelo. Para su antiguo profesor de Derecho Mercantil, José Manuel Otero Lastres, era uno de sus alumnos predilectos, porque «era uno de los buenos».
El profesor recuerda una anécdota que define el carácter perfeccionista del actual presidente del Gobierno. En un examen parcial liberatorio, Rajoy obtuvo un nueve y medio de nota y otro estudiante sacó un diez. «Entonces vino a verme, no para reclamar, sino porque quería saber exactamente por qué no había recibido la máxima nota. Se lo expliqué un poco y ya el examen final fue de diez».
Con 24 años, Mariano Rajoy vivió uno de los sucesos que marcaron su vida: un accidente de coche en Palas del Rey (Lugo). «Cuando llegó al hospital, tenía un fuerte traumatismo en la cara», afirma el doctor Luis Zaera de la Vega, el cirujano plástico que le atendió aquella noche. «Fue una operación muy laboriosa. Me llevó seis horas reparar las heridas que tenía por toda la cara», explica. Tras el siniestro, se dejó crecer la barba para tapar las cicatrices. Solo se la ha afeitado una vez, en 1996, cuando ya era ministro. Pero él mismo ha confesado en alguna ocasión que ya no se ve sin ella.
Diez años después del accidente, el doctor Luis Zaera y Mariano Rajoy coincidieron en una fiesta que celebraba un amigo común en Lugo. «Rajoy me dijo que estaba muy agradecido por lo que había hecho por él. Desde entonces, y han pasado treinta años, ha seguido en contacto conmigo. Siempre que ve a alguien de Lugo, pregunta por mí y me manda recuerdos. Esto me demuestra su nobleza de carácter», afirma.
Poco podía imaginar el doctor Zaera que aquella noche de 1979 estaba operando al futuro presidente del Gobierno. En Carballiño, tampoco lo hubieran vaticinado hace medio siglo, cuando el niño Rajoy, si Eulalia se despistaba, echaba mano a algún dulce en la tienda de ultramarinos. O cuando Marianito cambiaba los cuentos para jugar en aquella terraza con Felipe, su amigo de infancia para el que Mariano Rajoy siempre será Marianito. «Él lo sabe perfectamente».
La primera infancia de Mariano Rajoy fue itinerante. Siempre a merced de los destinos profesionales de su padre. Uno de ellos le llevó hasta Carballiño (Orense), a finales de los 50. El joven juez, Mariano Rajoy Sobredo, y su esposa, Olga Brey, se instalaron en la localidad orensana con el pequeño, por entonces hijo único. Alquilaron el primer piso del edificio «Casa Cortés», propiedad de unos conocidos empresarios de la época.
«Era buen niño. Y le gustaba mucho el chocolate», cuenta Pepa, que hoy reside con su marido, Daniel, en la misma vivienda que en su día ocuparon los Rajoy. Por aquel entonces, vivían puerta con puerta con el juez recién llegado y su joven mujer.
El longevo matrimonio aún no puede creer que aquel niño «que no dejaba una sola croqueta en el plato si doña Olga se descuidaba» sea hoy el presidente del Gobierno. Para sus padres, solo tienen buenas palabras. «Ella era guapa y muy simpática; y don Mariano, honrado a carta cabal».
Latas de queso americano
En aquel tiempo, tenía Mariano Rajoy un compañero de juegos unos años mayor: su vecino del tercero. «Yo era el niño de pueblo, de los juguetes bárbaros, con puñales y escopetas; él, el hijo del juez. Le sorprendían mucho las armas, porque no formaban parte de su educación. Era muy comedido», recuerda Felipe Senén, que aún conserva aquellas fotografías que su padre, Felipe López, les hacía en la terraza cuando jugaban.
Los chicos hacían «experimentos»: machacaban el romero, el laurel, los claveles y aderezaban el mejunje con vinagre. «Lo mezclábamos todo en las latas vacías del famoso queso que nos enviaban los americanos; y también hacíamos regaderas», explica Senén, hoy arqueólogo y museólogo de la Diputación de La Coruña. Entre juego y juego, se daban grandes merendolas. A Rajoy le encantaban los chocolates de Matías López y el salchichón Pamplonica. Alguna vez, cuando faltaba su yaya, Eulalia, Marianito se quedaba en casa de su vecino. Dice Senén que el niño era muy curioso. Todo le interesaba. «En mi cuarto de estudio, yo le daba clases: “a, e, i, o, u”. Le decía: “Madrid, capital de España”. Pero era muy pequeño y se le abría la boca. Muchas veces, se quedaba dormido…».
La osa Petra
En más de una ocasión, lo llevó de la mano hasta el colegio del Sagrado Corazón, no lejos de su casa, donde la disciplina era estricta y la madre Serafina, muy rígida. Pero Mariano Rajoy estudió aquí poco tiempo, porque la familia se marchó a vivir a Oviedo, ciudad desde la que Rajoy escribiría a su amigo una postal que Felipe Senén aún conserva. En ella contaba lo bonita que era la ciudad, con sus alamedas y una osa. La osa Petra.
El niño creció y el joven Rajoy, estudioso y responsable, se convirtió en un estudiante modelo. Para su antiguo profesor de Derecho Mercantil, José Manuel Otero Lastres, era uno de sus alumnos predilectos, porque «era uno de los buenos».
El profesor recuerda una anécdota que define el carácter perfeccionista del actual presidente del Gobierno. En un examen parcial liberatorio, Rajoy obtuvo un nueve y medio de nota y otro estudiante sacó un diez. «Entonces vino a verme, no para reclamar, sino porque quería saber exactamente por qué no había recibido la máxima nota. Se lo expliqué un poco y ya el examen final fue de diez».
Con 24 años, Mariano Rajoy vivió uno de los sucesos que marcaron su vida: un accidente de coche en Palas del Rey (Lugo). «Cuando llegó al hospital, tenía un fuerte traumatismo en la cara», afirma el doctor Luis Zaera de la Vega, el cirujano plástico que le atendió aquella noche. «Fue una operación muy laboriosa. Me llevó seis horas reparar las heridas que tenía por toda la cara», explica. Tras el siniestro, se dejó crecer la barba para tapar las cicatrices. Solo se la ha afeitado una vez, en 1996, cuando ya era ministro. Pero él mismo ha confesado en alguna ocasión que ya no se ve sin ella.
Diez años después del accidente, el doctor Luis Zaera y Mariano Rajoy coincidieron en una fiesta que celebraba un amigo común en Lugo. «Rajoy me dijo que estaba muy agradecido por lo que había hecho por él. Desde entonces, y han pasado treinta años, ha seguido en contacto conmigo. Siempre que ve a alguien de Lugo, pregunta por mí y me manda recuerdos. Esto me demuestra su nobleza de carácter», afirma.
Poco podía imaginar el doctor Zaera que aquella noche de 1979 estaba operando al futuro presidente del Gobierno. En Carballiño, tampoco lo hubieran vaticinado hace medio siglo, cuando el niño Rajoy, si Eulalia se despistaba, echaba mano a algún dulce en la tienda de ultramarinos. O cuando Marianito cambiaba los cuentos para jugar en aquella terraza con Felipe, su amigo de infancia para el que Mariano Rajoy siempre será Marianito. «Él lo sabe perfectamente».
martes, 20 de diciembre de 2011
Las 20 Medidas de Rajoy
El futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pronunció este lunes su discurso de investidura en el Congreso de los Diputados. Durante la hora y media que duró su comparecencia, el líder del Partido Popular fue desgranando las medidas que tomará durante su mandato. Éstas son las más importantes:
1. El paro como prioridad. Estimular la actividad y crear empleo será uno de los objetivos de su Gobierno, porque el número de parados arroja la cifra "más dramática" de la crisis económica.
2. Compromiso de reducir el déficit en 16.500 millones en 2012. Rajoy ha recordado que el déficit rozará los 65.000 millones al final de este año, según las previsiones del anterior Gobierno, y se ha comprometido a reducirlo en 16.500 millones en 2012. "Ese es nuestro compromiso y a él nos vamos a atener", ha dicho.
3. Actualización de las pensiones desde el 1 de enero de 2012. "Este sería el único compromiso que me van a escuchar en el día de hoy de aumento de gasto. El único y exclusivo, ha señalado.
4. Saneamiento de los balances con la venta de viviendas en manos de la banca.
5. Deducción fiscal por compra de vivienda.
6. Autónomos y pymes no pagarán IVA hasta que cobren las facturas correspondientes.
7. Compromiso de presentar una reforma laboral en el primer trimestre de 2012.
8. Racionalización del calendario laboral trasladando los puentes a los lunes. Acabará con los puentes llevando los festivos al lunes más cercano, salvo fiestas de especial arraigo
9. Cotizaciones gratis por un año para los contratados menores de 30 años en su primer empleo.
10. Supresión de las prejubilaciones y el abuso de convertir el desempleo en prejubilación encubierta.
11. Supresión de organismos públicos y congelación de la oferta pública de empleo.
12. Cambios en IVA, Sociedades e IRPF.
13. Reducción del número de organismos reguladores españoles -Comisión Nacional de Competencia (CNC), Comisión Nacional de la Energía (CNE) y Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT)-.
14. Diálogo para renovar el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo.
15. Plan Integral del Turismo que valore el sector como prioritario.
16. Recuperación del Ministerio de Agricultura.
17. Apuesta por una política ambiental más allá de cumbres internacionales.
18. Reforma de televisiones públicas. Llevará a la Cámara nuevos modelos de gestión.
19. Promoción de un bachillerato de tres años.
20. Nuevo sistema nacional de acceso a la función docente para atraer a la docencia a los mejores profesionales, primando el mérito y la capacidad, reconocer su autoridad e incentivar su labor.
1. El paro como prioridad. Estimular la actividad y crear empleo será uno de los objetivos de su Gobierno, porque el número de parados arroja la cifra "más dramática" de la crisis económica.
2. Compromiso de reducir el déficit en 16.500 millones en 2012. Rajoy ha recordado que el déficit rozará los 65.000 millones al final de este año, según las previsiones del anterior Gobierno, y se ha comprometido a reducirlo en 16.500 millones en 2012. "Ese es nuestro compromiso y a él nos vamos a atener", ha dicho.
3. Actualización de las pensiones desde el 1 de enero de 2012. "Este sería el único compromiso que me van a escuchar en el día de hoy de aumento de gasto. El único y exclusivo, ha señalado.
4. Saneamiento de los balances con la venta de viviendas en manos de la banca.
5. Deducción fiscal por compra de vivienda.
6. Autónomos y pymes no pagarán IVA hasta que cobren las facturas correspondientes.
7. Compromiso de presentar una reforma laboral en el primer trimestre de 2012.
8. Racionalización del calendario laboral trasladando los puentes a los lunes. Acabará con los puentes llevando los festivos al lunes más cercano, salvo fiestas de especial arraigo
9. Cotizaciones gratis por un año para los contratados menores de 30 años en su primer empleo.
10. Supresión de las prejubilaciones y el abuso de convertir el desempleo en prejubilación encubierta.
11. Supresión de organismos públicos y congelación de la oferta pública de empleo.
12. Cambios en IVA, Sociedades e IRPF.
13. Reducción del número de organismos reguladores españoles -Comisión Nacional de Competencia (CNC), Comisión Nacional de la Energía (CNE) y Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT)-.
14. Diálogo para renovar el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo.
15. Plan Integral del Turismo que valore el sector como prioritario.
16. Recuperación del Ministerio de Agricultura.
17. Apuesta por una política ambiental más allá de cumbres internacionales.
18. Reforma de televisiones públicas. Llevará a la Cámara nuevos modelos de gestión.
19. Promoción de un bachillerato de tres años.
20. Nuevo sistema nacional de acceso a la función docente para atraer a la docencia a los mejores profesionales, primando el mérito y la capacidad, reconocer su autoridad e incentivar su labor.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Los Ministros de Mariano
La 'lista definitiva' de los ministros de Mariano Rajoy
Una veintena de nombres para menos de una docena de cargos. Los previsibles ministros esperan la llamada. Rajoy será previsible, pero habrá sorpresas.
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Ampliar la fotoRajoy, en primer plano, con cargos del PP a su lado | PP
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¿Futuros ministros?
Fotos: ¿Futuros ministros?
Rajoy colocará a cargos del partido en Economía y Hacienda
Rajoy sí vivirá en el palacio de La Moncloa
PABLO MONTESINOS 2011-12-17
Quienes están llamados a sentarse en el primer Consejo de Ministros de Mariano Rajoy aguardan la llamada. Ésa que esperan desde hace semanas, y por la que el tiempo se les está haciendo interminable. Ésa que les premie por el trabajo realizado tras dos largas legislaturas en la oposición.
Se sabe que el silente presidente en ciernes echará mano de su listín telefónico para contactar con exministros de la época de José María Aznar, con aquellos que desde el Congreso de Valencia se convirtieron en su cinturón político y, finalmente, con independientes. Será "previsible", pero incluyendo sorpresas. Basta recordar el nombre del presidente del Congreso, con un Jesús Posada que exclamó ingenuo cuando, sólo horas antes del anuncio oficial, descolgó el aparato y escuchó la voz del jefe.
También está más o menos claro que el gabinete contará con alrededor de diez carteras; diez nombres a sacar de una bolsa de ministrables que se dispara si se incluyen a los que buscan cobijo en el nuevo Ejecutivo. Rajoy, que no se cansa de repetir que lo peor de liderar es elegir entre personas, ya se curó en salud en la última Junta Directiva, reclamando la importancia de trabajar en el partido. A ello, su equipo recuerda "la importancia y notoriedad" de ser Secretario de Estado o sinónimos.
Pero, para algunos, lo único que les vale es salir en la fotografía del trece de diciembre, en la primera reunión de Rajoy con su equipo. Y quien ya se ha despedido de los madrileños ha sido Alberto Ruiz Gallardón, en su christmas navideño. En las últimas fechas, se le sitúa con insistencia al frente de Defensa, sin perder la vista Interior o Justicia.
En ese grupo con más opciones para entrar en La Moncloa también está Esteban González Pons, una vez su nombre cayó como posible portavoz del Grupo Popular, cargo que recayó en Alfonso Alonso. "Una persona que se ha partido la cara por Rajoy, que siempre ha estado ahí, se lo merece", justifican, en la víspera del gran día, varios miembros del aparato. Su nombre se vincula a la portavocía del Ejecutivo, pero también a Trabajo.
Para Ana Pastor Rajoy habría diseñado uno de sus ya famosos macro-ministerios; el de Asuntos Sociales y Sanidad, palo este último del que ya fue ministra con Aznar y del que ha sido portavoz en los últimos años. Miguel Arias Cañete parece vinculado a la cartera de Exteriores -más aún desde que lideró la delegación española en la cumbre de Marsella- mientras que Ana Mato tiene "mucho futuro político", en voz del propio jefe de filas, aunque algunos compañeros la ven sacrificada a fin de que la maquinaria del partido siga funcionando.
Federico Trillo es otro de esos cargos que no pueden pasar desapercibidos. Fue el responsable de Justicia en la anterior y complicada legislatura, con la patata caliente de ETA. Pese a todo, mantuvo una buena relación con su interlocutor, Alfredo Pérez Rubalcaba. A él también se le ve en Justicia o Interior, con quien rivaliza con otra persona a la que ya se le atribuye el calificativo de "fija": Ignacio Astarloa, que con Aznar ocupó cargos de responsabilidad en ambas carteras.
La fontanería de la Moncloa se le presupone a Jorge Moragas, al que todos sitúan como mano derecha de Rajoy, su asesor de confianza. Alfonso Senillosa, de su equipo, espera acompañarle en este cometido.
En esta quiniela aún falta quien ya ejerce de facto el cargo hasta que se formalice el próximo día veintidós, cuando tenga que jurar o prometer ante el monarca: Soraya Sáenz de Santamaría, que ocupará previsiblemente la vicepresidencia primera, aquella centrada en la rama más política. Alonso dijo de ella: "Me da la impresión de que estará en el nuevo Gobierno de Rajoy".
La cartera de Economía
Dicho lo cual, si algo ha dejado claro el futuro presidente es que su Ejecutivo tendrá en la economía su gran prioridad. Para la vicepresidencia económica hay disparidad de opiniones; en el núcleo duro del PP apuestan por su portavoz, Cristóbal Montoro, mientras que algunos sectores próximos a Rajoy creen que aquí es donde incluirá a un independiente. Los nombres no son nuevos: Luis de Guindos (anterior director general de Política Económica y secretario de Estado del ramo, hoy en la actividad privada), José Manuel González Páramo (actualmente en el Banco Central Europeo) u otros como Jaime Caruana o incluso Josep Piqué, una vez se limaron las asperezas de antaño.
Para Hacienda, Montoro también está en los puestos de salida, habida cuenta de que ya fue ministro de esta cartera con Aznar. La otra gran apuesta es Elvira Rodríguez, situada estratégicamente en las listas electorales por Andalucía y del círculo de confianza de Rajoy, a quien defendió en el periodo previo y posterior al Congreso de Valencia. Tampoco se le descarta para Fomento. Educación tampoco están descartada.
Otros muchos nombres se escuchan al calor de las diferentes familias del partido que buscan sus propios intereses. Rodrigo Rato, en Exteriores o Economía, el sindicalista José María Fidalgo -que participó en acto del PP- al frente de Trabajo- o José Manuel García Margallo, eurodiputado de perfil muy económico que podría recaer también en Exteriores. Por su parte, José Manuel Soria podría ser "el perfecto" ministro de Fomento, según algunas fuentes. En esta cartera también suena el portavoz del ramo en la última legislatura, Andrés Ayala.
Y, todo ello, envuelto en un aura de misterio, de secretismo. Aquella en la que Rajoy ha envuelto todas sus decisiones, y con la que se divierte. De hecho, ironiza con que, en ocasiones, los medios de comunicación saben más que él de sus nombramientos. A Posada le avisó de que era el elegido ya con las ediciones de los periódicos cerradas, a la hora de cenar. A Alonso cuando bajó del avión para asistir a la Junta Directiva que le iba a refrendar como portavoz. Así es Rajoy, que ha perjurado que, antes de descolgar el teléfono, informará a Su Majestad.
Una veintena de nombres para menos de una docena de cargos. Los previsibles ministros esperan la llamada. Rajoy será previsible, pero habrá sorpresas.
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Fotos: ¿Futuros ministros?
Rajoy colocará a cargos del partido en Economía y Hacienda
Rajoy sí vivirá en el palacio de La Moncloa
PABLO MONTESINOS 2011-12-17
Quienes están llamados a sentarse en el primer Consejo de Ministros de Mariano Rajoy aguardan la llamada. Ésa que esperan desde hace semanas, y por la que el tiempo se les está haciendo interminable. Ésa que les premie por el trabajo realizado tras dos largas legislaturas en la oposición.
Se sabe que el silente presidente en ciernes echará mano de su listín telefónico para contactar con exministros de la época de José María Aznar, con aquellos que desde el Congreso de Valencia se convirtieron en su cinturón político y, finalmente, con independientes. Será "previsible", pero incluyendo sorpresas. Basta recordar el nombre del presidente del Congreso, con un Jesús Posada que exclamó ingenuo cuando, sólo horas antes del anuncio oficial, descolgó el aparato y escuchó la voz del jefe.
También está más o menos claro que el gabinete contará con alrededor de diez carteras; diez nombres a sacar de una bolsa de ministrables que se dispara si se incluyen a los que buscan cobijo en el nuevo Ejecutivo. Rajoy, que no se cansa de repetir que lo peor de liderar es elegir entre personas, ya se curó en salud en la última Junta Directiva, reclamando la importancia de trabajar en el partido. A ello, su equipo recuerda "la importancia y notoriedad" de ser Secretario de Estado o sinónimos.
Pero, para algunos, lo único que les vale es salir en la fotografía del trece de diciembre, en la primera reunión de Rajoy con su equipo. Y quien ya se ha despedido de los madrileños ha sido Alberto Ruiz Gallardón, en su christmas navideño. En las últimas fechas, se le sitúa con insistencia al frente de Defensa, sin perder la vista Interior o Justicia.
En ese grupo con más opciones para entrar en La Moncloa también está Esteban González Pons, una vez su nombre cayó como posible portavoz del Grupo Popular, cargo que recayó en Alfonso Alonso. "Una persona que se ha partido la cara por Rajoy, que siempre ha estado ahí, se lo merece", justifican, en la víspera del gran día, varios miembros del aparato. Su nombre se vincula a la portavocía del Ejecutivo, pero también a Trabajo.
Para Ana Pastor Rajoy habría diseñado uno de sus ya famosos macro-ministerios; el de Asuntos Sociales y Sanidad, palo este último del que ya fue ministra con Aznar y del que ha sido portavoz en los últimos años. Miguel Arias Cañete parece vinculado a la cartera de Exteriores -más aún desde que lideró la delegación española en la cumbre de Marsella- mientras que Ana Mato tiene "mucho futuro político", en voz del propio jefe de filas, aunque algunos compañeros la ven sacrificada a fin de que la maquinaria del partido siga funcionando.
Federico Trillo es otro de esos cargos que no pueden pasar desapercibidos. Fue el responsable de Justicia en la anterior y complicada legislatura, con la patata caliente de ETA. Pese a todo, mantuvo una buena relación con su interlocutor, Alfredo Pérez Rubalcaba. A él también se le ve en Justicia o Interior, con quien rivaliza con otra persona a la que ya se le atribuye el calificativo de "fija": Ignacio Astarloa, que con Aznar ocupó cargos de responsabilidad en ambas carteras.
La fontanería de la Moncloa se le presupone a Jorge Moragas, al que todos sitúan como mano derecha de Rajoy, su asesor de confianza. Alfonso Senillosa, de su equipo, espera acompañarle en este cometido.
En esta quiniela aún falta quien ya ejerce de facto el cargo hasta que se formalice el próximo día veintidós, cuando tenga que jurar o prometer ante el monarca: Soraya Sáenz de Santamaría, que ocupará previsiblemente la vicepresidencia primera, aquella centrada en la rama más política. Alonso dijo de ella: "Me da la impresión de que estará en el nuevo Gobierno de Rajoy".
La cartera de Economía
Dicho lo cual, si algo ha dejado claro el futuro presidente es que su Ejecutivo tendrá en la economía su gran prioridad. Para la vicepresidencia económica hay disparidad de opiniones; en el núcleo duro del PP apuestan por su portavoz, Cristóbal Montoro, mientras que algunos sectores próximos a Rajoy creen que aquí es donde incluirá a un independiente. Los nombres no son nuevos: Luis de Guindos (anterior director general de Política Económica y secretario de Estado del ramo, hoy en la actividad privada), José Manuel González Páramo (actualmente en el Banco Central Europeo) u otros como Jaime Caruana o incluso Josep Piqué, una vez se limaron las asperezas de antaño.
Para Hacienda, Montoro también está en los puestos de salida, habida cuenta de que ya fue ministro de esta cartera con Aznar. La otra gran apuesta es Elvira Rodríguez, situada estratégicamente en las listas electorales por Andalucía y del círculo de confianza de Rajoy, a quien defendió en el periodo previo y posterior al Congreso de Valencia. Tampoco se le descarta para Fomento. Educación tampoco están descartada.
Otros muchos nombres se escuchan al calor de las diferentes familias del partido que buscan sus propios intereses. Rodrigo Rato, en Exteriores o Economía, el sindicalista José María Fidalgo -que participó en acto del PP- al frente de Trabajo- o José Manuel García Margallo, eurodiputado de perfil muy económico que podría recaer también en Exteriores. Por su parte, José Manuel Soria podría ser "el perfecto" ministro de Fomento, según algunas fuentes. En esta cartera también suena el portavoz del ramo en la última legislatura, Andrés Ayala.
Y, todo ello, envuelto en un aura de misterio, de secretismo. Aquella en la que Rajoy ha envuelto todas sus decisiones, y con la que se divierte. De hecho, ironiza con que, en ocasiones, los medios de comunicación saben más que él de sus nombramientos. A Posada le avisó de que era el elegido ya con las ediciones de los periódicos cerradas, a la hora de cenar. A Alonso cuando bajó del avión para asistir a la Junta Directiva que le iba a refrendar como portavoz. Así es Rajoy, que ha perjurado que, antes de descolgar el teléfono, informará a Su Majestad.
domingo, 11 de diciembre de 2011
La Tia Roja de Mariano
María Brey, la tía ilustrada y perseguida de Rajoy
Junto a su marido reunió la mayor biblioteca privada de España
Era una mujer reservada pero de una gran cultura
Fue amiga de Manuel Azaña, Camilo José Cela o Lázaro Carreter
Los franquistas la tildaron de 'roja' y 'ultraizquierdista'
Xurxo Salgado | Santiago de Compostela
Actualizado domingo 11/12/2011 12:26 horas
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Era una mujer reservada, callada, muy introvertida y "muy gallega" pero tenía una voluntad de hierro. Su gran ilusión era llevar la cultura y los libros a todos los rincones de España para disfrute de ricos y de pobres. Pero lo hizo en una época equivocada, en la que tener ideales se pagaba caro. María Brey Mariño era una mujer resolutiva, con carácter, una bibliotecaria de profesión que amaba su trabajo y que consiguió hacerse un hueco en el mundo de la cultura en una época muy difícil para las mujeres. Los libros la unieron con Antonio Rodríguez Moñino, otro intelectual republicano, con el que acabaría casándose en 1939, justo después de la guerra, y le reportaron la amistad de figuras de la talla de Manuel Azaña, Camilo José Cela, María Moliner, Lázaro Carreter y otros ilustres de la política y de la literatura del siglo XX. Sin embargo, y a pesar de su erudición y de su aportación al mundo de la bibliografía y de la literatura clásica, María Brey ha sido siempre una mujer casi olvidada. También lo era Enrique Rajoy Leloup. De ese anonimato los ha sacado su parentesco con el futuro presidente de España. Y es que esta mujer, prima de la madre de Rajoy, era una especie de tía para los Rajoy; la tía "roja" de la familia, como la etiquetó el régimen franquista. Esta bibliotecaria sufrió un severo proceso que acabaría con un castigo ejemplar: traslado forzoso, con prohibición de solicitar cargos vacantes durante cinco años, postergación durante cinco años e inhabilitación para el desempeño de puestos de mando o de confianza.
Pasado republicano
Su culpa, haber trabajado estrechamente con las autoridades republicanas y, especialmente, en la Biblioteca del Consejo de Ministros durante la Segunda República, donde trabó amistad con el presidente Manuel Azaña, otro apasionado de los libros. María había estudiado en la Institución Libre de Enseñanza, se había codeado con lo más granado de la intelectualidad del momento y, con 21 años, había sacado la oposición al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (CFABA). Su obsesión, junto a otros bibliotecarios como María Moliner, Agustín Millares Carlo, Teresa Andrés Zamora, Francisco Rocher o Asunción Martínez Bara, era la de "socializar la cultura" y con ese objetivo se involucró en varios proyectos republicanos. Durante la guerra estuvo siempre trabajando en el bando republicano y, acabada la contienda, decidió quedarse en España junto a su marido. Es entonces cuando las nuevas autoridades franquistas deciden iniciar contra ella un proceso de depuración que termina tildándola de "roja" y "ultraizquierdista".
'Izquierdista'
El informe completo, emitido el 25 de enero de 1940, contine nueve acusaciones sin fundamentos objetivos y con acusaciones de personas anónimas que no podían ser refutadas por María Brey. "Es una izquierdista y nada cordial con sus compañeros", empieza este informe de depuración que recoge el testimonio, entre otros, del gobernador civil de Valencia: "Era notorio que era ultraizqueirdista, tenía amistades íntimas con los rojos e, incluso, vivía en 'república de rojos'". Depués del proceso, María Brey es trasladada a Huelva al peor destino de entonces, una biblioteca de una delegación de Hacienda. En el 43 pide traslado para la Biblioteca de las Cortes, pero la persecución judicial no se detiene. Su puesto es provisional y durará hasta 1961. Ese año, cansada, junto con su marido, se trasladan a Nueva York donde comienzan a trabajar para la Hispanic Society of America. Deciden retornar a España, a pesar de su expediente 'rojo' y de que en Estados Unidos podían ganar una auténtica fortuna. De nuevo en Madrid, María Brey comienza a trabajar de archivera en la Fundación Lázaro Galdiano, una insitución próxima al Régimen.
Amistades
Retrato de la biblioteca de Azaña.
Instalada en Madrid con su marido inician una tertulia en su casa a la que axiste lo más granado de la intelectualidad de entonces. Rodríguez Moñino muere en 1970. A partir de entonces, la tertulia decrece y se dedica a ordenar y archivar sus libros. Y es que María Brey Mariño, "doña María" para toda una generación de bibliógrafos que hoy son catedráticos y que frecuentaron su casa, llegó a almacenar junto a su marido la mayor biblioteca privada de España. Tras su muerte, en 1995, todos los fondos -más de 17.000 obras, incluídos grabados de Durero y de Goya- pasaron a los fondos de la Real Academia Española (RAE). Fue su gran contribución a la cultura española a pesar de que siguió siempre llevando el sambenito de "roja".
Junto a su marido reunió la mayor biblioteca privada de España
Era una mujer reservada pero de una gran cultura
Fue amiga de Manuel Azaña, Camilo José Cela o Lázaro Carreter
Los franquistas la tildaron de 'roja' y 'ultraizquierdista'
Xurxo Salgado | Santiago de Compostela
Actualizado domingo 11/12/2011 12:26 horas
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Era una mujer reservada, callada, muy introvertida y "muy gallega" pero tenía una voluntad de hierro. Su gran ilusión era llevar la cultura y los libros a todos los rincones de España para disfrute de ricos y de pobres. Pero lo hizo en una época equivocada, en la que tener ideales se pagaba caro. María Brey Mariño era una mujer resolutiva, con carácter, una bibliotecaria de profesión que amaba su trabajo y que consiguió hacerse un hueco en el mundo de la cultura en una época muy difícil para las mujeres. Los libros la unieron con Antonio Rodríguez Moñino, otro intelectual republicano, con el que acabaría casándose en 1939, justo después de la guerra, y le reportaron la amistad de figuras de la talla de Manuel Azaña, Camilo José Cela, María Moliner, Lázaro Carreter y otros ilustres de la política y de la literatura del siglo XX. Sin embargo, y a pesar de su erudición y de su aportación al mundo de la bibliografía y de la literatura clásica, María Brey ha sido siempre una mujer casi olvidada. También lo era Enrique Rajoy Leloup. De ese anonimato los ha sacado su parentesco con el futuro presidente de España. Y es que esta mujer, prima de la madre de Rajoy, era una especie de tía para los Rajoy; la tía "roja" de la familia, como la etiquetó el régimen franquista. Esta bibliotecaria sufrió un severo proceso que acabaría con un castigo ejemplar: traslado forzoso, con prohibición de solicitar cargos vacantes durante cinco años, postergación durante cinco años e inhabilitación para el desempeño de puestos de mando o de confianza.
Pasado republicano
Su culpa, haber trabajado estrechamente con las autoridades republicanas y, especialmente, en la Biblioteca del Consejo de Ministros durante la Segunda República, donde trabó amistad con el presidente Manuel Azaña, otro apasionado de los libros. María había estudiado en la Institución Libre de Enseñanza, se había codeado con lo más granado de la intelectualidad del momento y, con 21 años, había sacado la oposición al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos (CFABA). Su obsesión, junto a otros bibliotecarios como María Moliner, Agustín Millares Carlo, Teresa Andrés Zamora, Francisco Rocher o Asunción Martínez Bara, era la de "socializar la cultura" y con ese objetivo se involucró en varios proyectos republicanos. Durante la guerra estuvo siempre trabajando en el bando republicano y, acabada la contienda, decidió quedarse en España junto a su marido. Es entonces cuando las nuevas autoridades franquistas deciden iniciar contra ella un proceso de depuración que termina tildándola de "roja" y "ultraizquierdista".
'Izquierdista'
El informe completo, emitido el 25 de enero de 1940, contine nueve acusaciones sin fundamentos objetivos y con acusaciones de personas anónimas que no podían ser refutadas por María Brey. "Es una izquierdista y nada cordial con sus compañeros", empieza este informe de depuración que recoge el testimonio, entre otros, del gobernador civil de Valencia: "Era notorio que era ultraizqueirdista, tenía amistades íntimas con los rojos e, incluso, vivía en 'república de rojos'". Depués del proceso, María Brey es trasladada a Huelva al peor destino de entonces, una biblioteca de una delegación de Hacienda. En el 43 pide traslado para la Biblioteca de las Cortes, pero la persecución judicial no se detiene. Su puesto es provisional y durará hasta 1961. Ese año, cansada, junto con su marido, se trasladan a Nueva York donde comienzan a trabajar para la Hispanic Society of America. Deciden retornar a España, a pesar de su expediente 'rojo' y de que en Estados Unidos podían ganar una auténtica fortuna. De nuevo en Madrid, María Brey comienza a trabajar de archivera en la Fundación Lázaro Galdiano, una insitución próxima al Régimen.
Amistades
Retrato de la biblioteca de Azaña.
Instalada en Madrid con su marido inician una tertulia en su casa a la que axiste lo más granado de la intelectualidad de entonces. Rodríguez Moñino muere en 1970. A partir de entonces, la tertulia decrece y se dedica a ordenar y archivar sus libros. Y es que María Brey Mariño, "doña María" para toda una generación de bibliógrafos que hoy son catedráticos y que frecuentaron su casa, llegó a almacenar junto a su marido la mayor biblioteca privada de España. Tras su muerte, en 1995, todos los fondos -más de 17.000 obras, incluídos grabados de Durero y de Goya- pasaron a los fondos de la Real Academia Española (RAE). Fue su gran contribución a la cultura española a pesar de que siguió siempre llevando el sambenito de "roja".
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