A tenor de las últimas declaraciones de Josep Duran Lleida, el «no» de CiU en la investidura de Mariano Rajoy no irá más allá de esos toques de atención a los que son tan aficionados los nacionalistas. El portavoz de la federación ofrece ahora no sólo colaboración, sino encendidos elogios hacia el nuevo Gobierno de la Nación.
En su carta web semanal, Duran asegura que el equipo de Rajoy es «sólido y consistente» y que «la formación, preparación y experiencia de todos es manifiestamente superior a la de los últimos gobiernos españoles». Mucho más entusiasta con el Ejecutivo se mostró el presidente de UDC en declaraciones a Onda Cero, donde lo calificó de «excelente» y expresó su confianza en el buen hacer de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría —«es una todoterreno, con una cabeza privilegiada que sabrá organizar bien el Gobierno y además va a ser una buena portavoz»—; del ministro de Economía, Luis de Guindos —«es un hombre de confianza de quien ha sido el mejor ministro de Economía de la etapa democrática» en alusión a Rodrigo Rato— o del titular de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro —«conoce bien el mundo de la Hacienda y tiene experiencia»—, por poner algunos ejemplos.
Los motivos del «no»
En la citada carta a su militancia, Duran justifica el «no» de los nacionalistas a la investidura del líder del PP en su supuesta falta de atención a las necesidades catalanas, como por ejemplo el pacto fiscal —inspirado en el concierto económico del País Vasco—, el Corredor Mediterráneo o el pago del fondo de competitividad y de la partida contemplada en la disposición adicional tercera del Estatuto. Según el dirigente socialcristiano, «nos podríamos haber abstenido. De hecho, lo había avanzado públicamente y también privadamente al mismo candidato. Pero el debate fue como fue y no teníamos ni un solo argumento de peso para no votar “no”».
Un voto que no ha impedido que en Cataluña, el PP haya permitido al presidente Artur Mas sacar adelante en el reciente Pleno del Parlamento autonómico una de las leyes más importantes de su mandato, la llamada ley ómnibus, cuyo objetivo es simplificar la administración. O que los populares catalanes sean los socios preferentes de CiU en la aprobación de los muy restrictivos presupuestos de la Generalitat de 2012 —donde se contemplan las polémicas tasas sanitarias y turísticas— o de las cuentas del Ayuntamiento de Barcelona, cerradas ayer mismo y que abren la puerta a un posible cogobierno de la ciudad.Duran prometió reciprocidad. «Ni al PP el “no” a la investidura les ha impedido colaborar con el gobierno de la Generalitat, ni a CiU el “no” a la investidura del presidente Rajoy nos privará de trabajar juntos en el futuro en aquellos que nos une. De una forma particular nos encontrará en todo aquello que suponga luchar contra la crisis. En eso no faltará nuestro apoyo», afirma el político nacionalista. El líder de Unió abundó en este argumento: «En el ámbito de la economía creo que hay marco para trabajar juntos y por lo que hace referencia al pacto fiscal intentaremos ir haciendo agujero sin renunciar nunca a nuestro compromiso y a la necesidad que tiene nuestro país en este sentido».
Por contra, Duran tuvo un recuerdo nada cariñoso hacia el anterior Gobierno socialista y lo que él calificó de «trilogía» del equipo de José Luis Rodríguez Zapatero: «Inconsistencia, inconsciencia e incoherencia».
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