La debacle obliga al PSOE a refundarse
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Los socialistas afrontarán el relevo de Zapatero en el 38 Congreso con las menores cotas de poder de su historia
GABRIEL SANZ / MADRID
Día 21/11/2011
Nada que ver la situación en la que amanece el PSOE hoy con la que le sobrevino cuando Felipe González perdió el poder (1996). Ni siquiera con la del PP al salir José María Aznar en 2004. Ambos dejaron tras de sí una amplia representación territorial con la que sus partidos hicieron oposición. Tras la debacle autonómica y municipal del 22 de mayo (pérdida de cientos de alcaldías, 2.300 concejales y miles de empleos añadidos), a los socialistas solo les quedan las alcaldías de Zaragoza, Cuenca, Toledo, Soria, Segovia, Tarragona, Lérida, Lugo y Orense, y dos «barones» en precario: el presidente andaluz José Antonio Griñán, que puede perder el principal feudo de los últimos 30 años, y el vasco Patxi López, a quien no le salen las cuentas para repetir mandato en Ajuria-Enea tras la irrupción de Bildu.
«Iremos por partes», reconocía esta semana a ABC un dirigente regional del PSOE, temiéndose el duro revés vivido anoche en Ferraz. Y es que el calendario impone hoy a la Ejecutiva que todavía dirige José Luis Rodríguez Zapatero tomar decisiones inmediatas, antes de decidir la fecha del 38 Congreso, un trámite más o menos claro: enero/febrero. Por ejemplo, decidir quién va a dar réplica a Mariano Rajoy. El plural mayestático que usó anche Rubalcaba —«pasamos a liderar la oposición y así lo vamos a hacer»—, indica que quiere ser él. Y no todo el mundo consultado anoche por ABC estaba de acuerdo.
Un destacado miembro del Gobierno resalta otra cuestión a tratar: «¿Qué postura vamos a adoptar ante las reformas de caballo que va a tener que aplicar Rajoy en las primeras semanas?». Rubalcaba se queda, de momento, para responder a eso garantizando que un PSOE en shock no se desmanda. Es lo que quiere la «vieja guardia» que le puso de candidato, desde Felipe González a Manuel Chaves. Este advierte que hay que «dejar seguir» a Rubalcaba invistiéndole secretario general. Y, si no, alguien pactado en el «aparato». No a un congreso abierto como el que llevó a Zapatero a la Secretaría General en 2000.
Rubalcaba, de momento
Pero como la derrota ha sido tan rotunda, y el PSOE exige un cambio, Rubalcaba se puso anoche al frente de la manifestación «pidiendo» a Zapatero que convoque el cónclave socialista. Algo redundante que el secretario general ya ha dicho que hará, a la espera de otras decisiones clave. Por ejemplo, quienes del PSOE forman la Mesa del Congreso y la Dirección del Grupo Socialista. José Antonio Alonso, el exportavoz, y el ministro Ramón Jáuregui, están en la mente de todos, pero también sobresale el nombre de Eduardo Madina, el cual ya ocupó cargo de secretario general del grupo. De él ha dicho Rubalcaba: tendrá el futuro «que quiera».
Madina y Carme Chacón, ambos «zapateristas», son los únicos diputados jóvenes que destacan. Rubalcaba no permitió más renovación en las listas que pudiera hacerle «sombra». No en vano, cuando un sector del PSOE extremeño quiso que Fernández-Vara diera el salto a la Cámara Baja, el candidato dijo no. Lo mismo pasó con el alcalde toledano, Emiliano García-Paje. Anoche, Vara declaraba que, en su caso, «lo nacional está descartado» y añadía que Rubalcaba «tiene derecho a presentarse» a la Secretaría general.
La ministra de Defensa es la «número uno» por Barcelona y siempre podrá decir que ganó para el partido la única provincia, junto a Sevilla. Ha dejado claro esta semana que volverá a pugnar con Rubalcaba, si es que éste sigue, por el liderazgo del PSOE tras el fiasco de las primarias de mayo.El Comité Federal todavía no ha convocado el congreso de febrero —lo hará este sábado o el 3 de diciembre—, pero las federaciones ya echan cuentas. Hay cuatro territorios clave. La delegación más numerosa es Andalucía (251 de los 995 compromisarios al 37 Congreso). Ahora irá dividida porque Griñán quiere a Chacón y Chaves a Rubalcaba.
La segunda más importante es la del PSPV. Hace cuatro años acudieron al Palacio Municipal de Congresos 103 delegados de la Comunidad Valenciana. Es uno de los baluartes de Rubalcaba porque creen que la elección de una secretaria general catalana dificultaría su labor de oposición en su comunidad. Cataluña, la tercera en número de delegados (96 en el 37 Congreso), se le presupone una mayor cercanía con su cabeza de lista a estas elecciones, Carme Chacón. Igual que la cuarta, Madrid (79 delegados en 2008), pero por distintos motivos. El agrio enfrentamiento Rubalcaba/Tomás Gómez parecía seguir anoche. Tras escuchar la intervención del candidato, Gómez pidió que el sucesor de Zapatero sea elegido en primarias porque hay que poner «un punto y aparte» y hacer una catarsis en el partido.
Patxi López, ¿el tapado?
Una de las incógnitas del cónclave es qué hará la quinta delegación en número de compromisarios, Castilla-La Mancha (59 delegados en 2008). Su secretario general, José María Barreda, es abiertamente «chaconista» pero José Bono, no. Esos votos, más los que Chaves arrastre en Andalucía, y la Comunidad Valenciana, podrían jugar a favor de Patxi López. Si Rubalcaba lo ve mal, le cederá sus fuerzas para que se convierta en secretario general. Porque, parafraseando a Chacón, nadie «se va a atrever a decir que una mujer catalana no puede dirigir el PSOE»... en público. Otra cosa es la negociación entre «aparatos».
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