Todo queda en casa. Aunque sea en la de unos pocos clanes afortunados, de apellido distinguido, con currículo y con credenciales, y con buenas relaciones con el nuevo Marianismo ahora en boga. Ellos sí que pueden decir, ahora sí, que el poder es cosa nostra. Si el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero pudo tirar en su día de la familia y fichar como asesor a su primo carnal, José Miguel Vidal, el cambio de Gobierno también ha traído consigo una nueva reordenación en las sagas con más poder dentro del espectro de la derecha. El efecto dominó y los cambios en cascada en diferentes administraciones han hecho aflorar unos cuantos nombres que van a dar mucho que hablar en los próximos años.
De entre todos ellos, una pareja de hermanos acumula puntos para ser de los mejor recolocados en la nueva era popular. Son los De Guindos, Luis y Antonio, ligados ahora, respectivamente, a Mariano Rajoy y Ana Botella, la flamante nueva alcaldesa de la capital de España. Luis, el ministro de Economía y Competitividad y sustituto de Elena Salgado, es el más conocido de los dos. Pero Antonio, que ha sido el número dos de Botella y su mano derecha desde que ésta pisó por primera vez el Ayuntamiento hace ahora ocho años, sustituye la vacante que deja la propia alcaldesa en el área de Medio Ambiente. En su caso, no tiene la necesidad de formar parte de la lista con la que el PP de Madrid concurrió a las elecciones del pasado mes de mayo. La Ley de Capitalidad permite, como excepción, que hasta el 30% de la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid esté compuesta por concejales independientes y ese es, precisamente, el margen de maniobra utilizado por la alcaldesa para formar a su nuevo equipo de colaboradores.
En orden de importancia, y también con mando sobre el área económica del Ejecutivo, están los hermanos Nadal, Álvaro y Alberto. Antaño, en la Era Aznar, ambos crecieron políticamente al lado del ex vicepresidente y ministro de Economía Rodrigo Rato con diferentes responsabilidades dentro de su Ministerio. Hoy, solo uno de ellos, Álvaro, sigue activo en la vida pública y ha vuelto a la esfera del Gobierno como nuevo director de la Oficina Económica de La Moncloa. Se trata de un órgano que ha tenido mucha importancia en los ejecutivos socialistas y desde el que Nadal tendrá que coordinarse con los diferentes ministerios del área económica. Durante los últimos años de oposición, Álvaro ha formado parte activa del equipo parlamentario de Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro, mientras que su hermano Alberto ha entrado a formar parte de la CEOE como vicesecretario general de Asuntos Económicos, Laborales e Internacionales a las órdenes de Juan Rosell. Ambos estudiaron en el ICADE y forman parte del Cuerpo de Técnicos Comerciales del Estado.
Familias de ida y vuelta
El nuevo Gobierno y los primeros altos cargos del Gobierno publicados en el BOE también recogen apellidos ilustres de la familia del PP como el de Jorge Fernández Díaz, el hermano mayor de otro clan catalán con una larga trayectoria política a sus espaldas. El hermano del nuevo ministro del Interior, Alberto Fernández Díaz, fue presidente del PP de Cataluña entre 1996 y 2003 y ejerce, en la actualidad, como presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona.
Aunque si la cosa va de apellidos ilustres hay uno, el de Calvo Sotelo, que parece abonado de forma perenne al poder político, ya sea éste de izquierdas o de derechas. El último miembro de la saga familiar en volver a la política activa es ahora Victor María Calvo Sotelo, el hijo del ex presidente del Gobierno de UCD, que ha sido nombrado esta semana nuevo secretario de Estado de Telecomunicaciones. Calvo Sotelo, que fue elegido el 20N diputado por Zamora, ya ocupó, además, cargos de responsabilidad en los Gobiernos de Aznar. Entre 1996 y el año 2000 fue subsecretario del Ministerio de Fomento a las órdenes de Rafael Arias Salgado y, después, entre 2003 y 2004, presidente de Correos. Ahora, su estrecha amistad con el director de gabinete de Rajoy, Jorge Moragas, y el trabajo que ha desempeñado durante los últimos años como fontanero de Génova 13 (era director del gabinete de estudios de la presidencia del PP) le han impulsado para ocupar un puesto de gran responsabilidad. Su prima carnal, por cierto, es Mercedes Cabrera Calvo Sotelo, ex ministra de Educación socialista.
Menos conocida por el ciudadano de a pie, hay otra pareja, en este caso de primos carnales, que también ha visto unido su destino en el ramillete de cargos nombrados a dedo por el nuevo Gobierno, aunque en responsabilidades bien diferentes. Se trata de los Fernández de Mesa: Íñigo, el nuevo secretario general del Tesoro nombrado por De Guindos, y Arsenio, que dirigirá la Guardia Civil, cuyo mando ha quedado, de nuevo, desgajado del de la Policía.
Íñigo Fernández de Mesa ha sido hasta ahora el responsable de operaciones del sector público de Barclays, un puesto que desempeñaba desde hace más de dos años y, con anterioridad, trabajó en la oficina de Lehman Brothers para España y Portugal al frente de las relaciones con las Administraciones Públicas para estos dos países. Una entidad en la que coincidió con el nuevo ministro de Economía y Competitividad. Arsenio, por su parte, diputado desde el año 2008, fue delegado del Gobierno en Galicia entre 2000 y 2004, en un período en el que tuvo que hacer frente a la gestión de la catástrofe medioambiental del 'Prestige'.
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