domingo, 1 de enero de 2012

Los Ministros de mariano Rajoy

Lo que no se sabe del Gobierno
31 DIC 2011
Así son los ministros en el día a día cuando, en lugar de por el apellido, responden por su nombre de pila.
Nueve hombres y cuatro mujeres, con una media de edad de 55 años, en su mayoría altos funcionarios del Estado por oposición y con una basta experiencia en la gestión pública. Este es, grosso modo, el perfil de los 13 ministros que, al margen de estridencias, cuotas de género, territoriales o de familias políticas, eligió Mariano Rajoy para salvar a España del abismo. Un sólido grupo de políticos en el que hay padres, madres, deportistas, melómanos, cinéfilos, cocineras aficionadas, golfistas, apasionados de la velocidad.... Así es su otra vida alejada de los focos, sus costumbres, manías y aficiones. En definitiva, cuando en lugar de por el apellido, responden por su nombre de pila.
Hace 11 años, una muchachita de Valladolid llegó a La Moncloa con un brillante currículum bajo el brazo para ponerse a las órdenes de Rajoy, por entonces ministro de Presidencia. Era Soraya Saénz de Santamaría (1971). Una década después ha pasado de ser la niña de Rajoy a la mujer con más poder en sus manos de la historia reciente de España. Licenciada en Derecho y abogada del Estado, la integrante más joven del nuevo Ejecutivo es vicepresidenta, ministra de Presidencia y portavoz del Gobierno. El pasado 11 de noviembre dio a luz a su primer hijo, Iván. Trabajadora incansable, 10 días después ya estaba a pleno rendimiento gestionando el traspaso de poderes. Y es que los convencionalismos no van con ella. Hace un lustro, contrajo matrimonio civil con Iván Rosa, también abogado del Estado, en una ceremonia íntima en el consulado de España en Brasil. Su gran personalidad ha sido imprescindible para afrontar las críticas recibidas desde que en 2008 Rajoy le encargó liderar el Grupo Parlamentario Popular. “No daban un duro por mí”, reconoce ella misma. Su capacidad de trabajo y tenacidad dieron al traste con tan agoreros pronósticos. Concienzuda y perfeccionista, asegura que mantiene las costumbres que tenía antes de meterse en política, pero con otro formato. Aficionada al cine y a series de televisión (se enganchó a Los Tudor), se hizo asidua del videoclub de al lado de casa. Dice disfrutar con las labores domésticas, hacer la compra y cocinar platos elaborados que conserva en tuppers meticulosamente ordenados en la nevera. Reconoce la dificultad de conciliar vida familiar y laboral y reivindica el papel del club de los sufridores, como define a las parejas de los políticos.
Toda una vida dedicada a la política, pero con una espinita clavada, que su nombramiento como ministro de Justicia ha logrado sacar. Alberto Ruiz-Gallardón (Madrid, 1958) comenzó muy joven, de la mano de su padre, su andadura en Alianza Popular. Famosos fueron sus enfrentamientos con Aznar (ya agua pasada, reconciliados por obra y gracia de Ana Botella, a la sazón su sucesora en el Ayuntamiento de Madrid) y con Esperanza Aguirre. Las relaciones con la presidenta de la Comunidad se dulcificaron tras conocerse el cáncer de mama que esta padecía. La enfermedad limó asperezas, pues el hoy ministro sabe bien lo que es al haberla vivido muy de cerca. El ex alcalde es un reconocido melómano. Sobrino nieto del compositor Isaac Albéniz, a quien, por cierto, dará vida en un cameo en la próxima película de José Luis Garci, es un habitual del Teatro Real de Madrid. El motor (tiene dos coches y dos motos) es otra de las pasiones de este madrileño que cada mañana disfruta sacando a pasear a su perra Olivia por el castizo barrio donde vive y donde es habitual verle los domingos haciendo jogging.
José Manuel Soria (Las Palmas, 1958), ministro de Industria, Energía y Turismo, cuyo parecido físico con el ex presidente Aznar es asombroso, aparecía en todas las quinielas de ministrables desde hace meses. Casado y padre de dos hijos, su relación con Rajoy se hizo especialmente fuerte cuando, tras enviudar, el padre del presidente convirtió Las Palmas en residencia habitual y Soria, ex alcalde de la ciudad, actuó como anfitrión. Gran deportista, sale a correr todas las mañanas y le encanta practicar el ciclismo. De hecho, la llamada de Rajoy comunicándole que formaría parte de su Gabinete le pilló en la cinta de deporte. Gran aficionado a la música, tanto clásica (admira a su paisano Alfredo Kraus), como contemporánea. Barry White, Frank Sinatra y Rolling Stones están entre sus favoritos. My way y Start me up son dos de las canciones por las que siente predilección. La lectura es otro de sus pasatiempos preferidos. Le gusta la novela negra, se declara incondicional de Galdós y huye como de la peste de las novelas tristes. Austero en su día a día, lleva años con su viejo Volkswagen Golf.
En el caso de Ana Pastor (Zamora, 1957), otra fija en las quinielas, sorprendió su ubicación en el Gabinete. Licenciada en Medicina, esta cirujana, gallega de adopción, tendrá que hacer, en tiempos de crisis, una operación de precisión en el Ministerio de Fomento. Meticulosa en el trabajo, la ex ministra de Sanidad y ex vicepresidenta del Congreso, casada y sin hijos, comparte lugar de veraneo con Rajoy (las playas de Sanxenxo). Aunque reconoce que debería hacer más ejercicio, le gusta cuidarse y llevar una dieta saludable en la que se permite licencias como el chocolate blanco, por el que, junto a las cerezas, siente auténtica pasión. Gran melómana, sostiene que “la vida no sería nada sin música”. Lectora empedernida, siempre tiene “cinco o seis” libros abiertos, si bien últimamente pasa mucho más tiempo pegada al iPad.
Si algo aprecia Rajoy por encima de muchas otras cosas es la fidelidad. Y pocos han sido tan fieles durante su travesía del desierto como Miguel Arias Cañete (Madrid, 1950). Este abogado del Estado lo ha sido prácticamente todo: diputado nacional, autonómico, senador, eurodiputado, concejal... Ahora ha vuelto a “su casa”, el Ministerio de Agricultura, que ya dirigió en el último Gobierno de Aznar. Gran aficionado a los deportes de riesgo, practica casi todos: parapente, paracaidismo, surf, esquí acuático... Pero sobre todo es un apasionado del motor. Tiene una colección de “siete u ocho” automóviles antiguos con los que compite en rallies de coches clásicos. También es un habitual de los paddocks de Fórmula 1. Otros deportes más convencionales no se le dan tan bien. “Soy un pésimo jugador de golf”, reconoce. De carácter campechano, conserva a los amigos de su época de colegial. Otras de sus pasiones, “el buen vino” y la buena comida, sobre todo el arroz. Madrileño de nacimiento, pero gaditano de adopción, no es muy taurino a pesar de estar estrechamente vinculado al mundo del toro. Casado con Micaela Domecq (con quien tiene tres hijos), copropietaria de la ganadería Jandilla, es cuñado de Juan Pedro Domecq, recientemente fallecido, cuya viuda, Teresa de Morenés, es prima de otro miembro del Ejecutivo: el titular de Defensa, Pedro Morenés (Guecho, 1948).
Este vasco de pura cepa y empresario de la industria armamentística, a quien los micrófonos y las cámaras le producen poco menos que pavor, ya fue el número dos del Ministerio de Defensa en la primera legislatura de Aznar. Morenés compaginará las tareas de Gobierno con su gran pasión personal, el golf. No en vano es presidente desde 2006 del distinguido Real Club de la Puerta de Hierro, donde le asiste en la gestión Fernando Ramírez de Haro y Valdés, conde de Murillo y marido de Esperanza Aguirre. Además, dedica parte de su tiempo a presidir la Fundación Aulamar para el acceso de personas discapacitadas al deporte de la navegación a vela.
El encargado de promover las reformas económicas que tanto necesita España es Luis de Guindos (Madrid, 1960). Una ardua tarea a la que este hincha del Atlético de Madrid, que se hartó de sacar matrículas de honor en la licenciatura de Económicas, dedicará los próximos meses de su vida. Le encanta el tenis, deporte que practica con cierta maestría, como prueban sus trofeos ganados en torneos amateurs. Participa y promueve numerosas iniciativas del Centro Internacional de Medicina Avanzada, algunas de las cuales están relacionadas con la investigación contra el cáncer.
Cristóbal Montoro (Jaén, 1950) es, en calidad de ministro de Hacienda, el encargado de gestionar el gasto público. Pondrá voz y rostro a los recortes desde ese estereotipo de persona “sosa, aburrida y previsible”, como él mismo se autodefine. Amigo personal de Rodrigo Rato, a buen seguro contará con sus consejos para la difícil tarea que le tocará desempeñar. Su principal handicap quizá sea que no domina idiomas. Es capaz de defenderse en inglés, aunque lejos de ser bilingüe.
La tríada económica del Gobierno la cierra Fátima Báñez (San Juan del Puerto, Huelva, 1967), que se convirtió en la ministra revelación del Gabinete Rajoy. Aunque nunca en primera línea, lleva años bregando en distintos cometidos dentro del PP. Comenzó su andadura en Andalucía, apadrinada por Javier Arenas y Teófila Martínez, y en 2000 aterrizó en el Congreso. En 2008, Sáenz de Santamaría se fijó en ella. Junto a Nadal y Montoro han sido el tridente encargado de elaborar un discurso económico alternativo a las políticas del Gobierno de Zapatero. Discreta, trabajadora y amable, todo el mundo en su partido, y en los adversarios, tiene buenas palabras para ella. Incluso entre los periodistas tiene buena fama. Casada y madre de dos niños, encuentra su refugio en las playas de Huelva, donde acude para relajarse junto a los suyos.
El nombre de José Ignacio Wert (Madrid, 1950) fue el que más sorprendió de los que Rajoy pronunció la tarde del 21 de diciembre. Con él, se cubría la prometida cuota de independientes. Wert no es nuevo en el ruedo político. Durante la Transición fue un militante activo del centro-derecha y llegó a ser diputado en el Congreso, hasta que en 1987 renunció al escaño para pasar al sector privado. El nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte es jurista y un prestigioso sociólogo. Hasta ahora era tertuliano habitual de radio y televisión y forofo de las redes sociales. Activo tuitero, los seguidores de su cuenta en Twitter se multiplicaron tras su nombramiento. Hace unos meses se confesaba “hooligan madridista” en un artículo en un diario deportivo, una pasión por el club blanco que ahora como titular de Deporte habrá de disimular, aunque sólo sea por diplomacia. Además, es un gran aficionado a los toros y tomasista acérrimo.
En un momento tan duro, Rajoy ha querido tener a su lado a personas de su máxima confianza. Y quién puede dar mayor confianza sino un amigo. José Manuel García Margallo (Madrid, 1944) lo es de Rajoy. El nuevo responsable de Asuntos Exteriores y el presidente mantienen una fuerte amistad desde hace años. De hecho, ambos, con sus respectivas parejas, han pasado más de unas vacaciones juntos. Trabajador incansable, el nuevo canciller se mueve en Europa como pez en el agua, no en vano es eurodiputado desde 1994. A este abogado y ex inspector de Hacienda, casado y con un hijo, ha encomendado Rajoy la tarea de recuperar la confianza exterior en España.
Otro amigo del líder del PP se sentará también en el Consejo de Ministros. Desde 1996, Rajoy lleva confiando al hoy ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz (Valladolid, 1950), toda clase de cargos políticos de gran responsabilidad, especialmente en los ministerios por los que pasó. Este ingeniero industrial de profundas convicciones religiosas (él mismo reconoció haberse “caído del caballo”) lleva en la política desde la Transición, cuando fue gobernador civil en Asturias y Barcelona en los complicados años de plomo de ETA. Ahora tendrá de nuevo el terrorismo enfrente y quizás sea el encargado de certificar la muerte de la banda asesina.
Tantas veces había aparecido su nombre en las quinielas de ministrables que esta vez parecía que también iba a quedarse en puertas, quizá porque ella misma rechazaba toda posibilidad cuando se le preguntaba por su futuro político inmediato, y muchos la ubicaban en el PP como futura secretaria general, en sustitución de María Dolores de Cospedal. Sin embargo, Ana Mato (Madrid, 1959) es ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Fiel escudera de Aznar, primero (formó parte del famoso clan de Valladolid) y de Rajoy, después, trabajó durante casi tres lustros en la fontanería de Génova. Sus mayores éxitos fueron las campañas electorales de mayo y de noviembre. Madre de dos hijos, con los que le encanta pasear por la playa, confiesa que pierde la cabeza por la tortilla de patata. De su aspecto destacan sus ya famosos vestidos babydoll y el envidiable moreno que luce durante todo el año, pero que se torna más espectacular durante los meses veraniegos, fruto del sol del Puerto de Santa María. La lectura es su refugio para desconectar del trabajo. Entre los últimos autores a los que ha leído se encuentra John Grisham.
Ahora, los miembros del primer Ejecutivo de Mariano Rajoy dispondrán de poco tiempo para el golf, el motor, la lectura o el fútbol. Desde el pasado 21 de diciembre en su cabeza ya sólo hay números. A este Gobierno, más que a cualquier otro de la historia democrática de España, se le aplicará aquella vieja máxima de Churchill: “No tiene sentido decir que lo hacemos lo mejor que podamos. Tenemos que lograr hacer lo que es necesario”.

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